¿Te suenan estas frases?
No necesito recurrir a la Psicología porque…
… lo mío no es de locura.
Se acude a la Psicología porque se tienen emociones negativas o conflictos emocionales que generan malestar psicológico y que no necesariamente indican enfermedad mental. Además, también porque queramos resolver conflictos futuros y/o potenciar las habilidades que poseemos.
… soy como soy y no puedo cambiar.
Se puede cambiar, pero es necesario identificar y superar las resistencias internas que tanto entorpecen el cambio. El interés por el cambio debe ir acompañado por otros componentes como pueden ser la motivación de cambiar, la entrega al proceso terapéutico, etc., y ayudarte en ese proceso es, precisamente, tarea de la Psicología.
… pedir ayuda es señal de debilidad.
Alguna vez hemos necesitado, necesitamos y necesitaremos de la ayuda de los demás y viceversa. Pedir ayuda no es señal de debilidad, sino de inteligencia y de autoconocimiento. Sólo quienes conocen sus propios límites saben a partir de qué momento no pueden seguir solos.
… para hablar, ya están mis amistades.
Las amistades permiten desahogarse, ofrecen apoyo y comprensión y, en ocasiones, nos dan consejos, pero carecen de las competencias profesionales y de las herramientas técnicas de las que dispone la Psicología y están implicados emocionalmente contigo. Además, la Psicoterapia consiste en algo más que hablar.
… mis intimidades no me atañen más que a mí. No quiero contarlo todo.
El paciente es quien decide hasta dónde quiere revelar. Sin embargo, hay que recordar que cuanta más información se ofrezca, más eficaz y rápida será la terapia. Por otro lado, la información que compartas es estrictamente confidencial
… ya me tomo la medicación.
Siempre que se estén tomando bajo la supervisión médica, no hay inconveniente alguno en combinar los fármacos con la psicoterapia. De hecho, la psicoterapia refuerza a la farmacoterapia y viceversa. No son excluyentes.