El día 15 de noviembre se celebra cada año el Día Mundial sin Alcohol, fecha propuesta por la Organización Mundial de Salud (OMS) para reflexionar y concienciar a las personas de todo el mundo sobre la problemática que puede ocasionar el consumo de alcohol, una “droga legal” muy presente e interiorizada en nuestra cultura, que parece inofensiva, pero de las que muchas veces se desconocen sus efectos y que en la actualidad es la droga más consumida en España.
En pleno siglo XX el alcoholismo fue declarado como enfermedad y hoy en día sigue siendo el causante de más de 3 millones de muertes al año a nivel mundial. Uno de los aspectos más preocupantes es el consumo de alcohol en los/as jóvenes, según el “Informe 2020 de alcohol, tabaco y drogas ilegales en España” las drogas más consumidas por los/as jóvenes son las legales (alcohol y tabaco), la edad de inicio del consumo de alcohol en particular se sitúa en 14 años. Según dicho informe, en 2018 el 77,9% de los/as jóvenes de 14 a 18 años había consumido alcohol alguna vez, el 75,9% en el último año y el 58,5% en el último mes. El consumo intensivo, borracheras y binge drinking, continúa con prevalencias elevadas, con un ligero repunte. Casi la mitad de los/as estudiantes se ha emborrachado en el último año, el 46,5% de las chicas y el 42,3% de los chicos.
Todos estos datos sirven para constatar las graves consecuencias que conlleva el consumo de alcohol a nivel personal y a nivel comunitario: accidentes de tráfico, borrachera, adicción, vandalismo, violencia, pelea, conflicto familiar, problemática en la educación de los hijos y en su rendimiento académico, interferencias laborales, etc.
El consumo de drogas puede tener básicamente dos funciones: obtener gratificación o reducir el malestar. En las encuestas realizadas a jóvenes consumidores/as se observa este hecho, por una parte, la diversión es el principal objetivo para el consumo de alcohol, mientras que, otro importante motivo suele ser “desconectar” de las obligaciones semanales. En nuestro país el carácter de droga legal convierte al alcohol en sustancia de fácil acceso, por los múltiples establecimientos para su adquisición, por los amplios horarios de venta, por el precio asequible de las bebidas, por la generosa cantidad de bebida en las consumiciones y por el escaso control de la venta a menores. Todos estos factores configuran un contexto favorecedor de su consumo, que se concentra principalmente en el fin de semana.
Cabe mencionar que son muchas las conductas que se aprenden mediante observación e imitación de los demás, especialmente de aquellas personas con las que se identifica el joven. El consumo de alcohol en el hogar produce aprendizaje implícito: beber es una conducta de la vida diaria socialmente aprobada, y explícito: el adolescente copia la conducta de sus padres y hermanos mayores. Los estudios revelan la relación significativa del consumo de alcohol de las figuras paternas e hijos/as.
La pandilla es el marco de referencia que contribuye al afianzamiento de la identidad adolescente frente al mundo adulto y satisface el sentimiento de afiliación o pertenencia a un grupo de iguales, con quienes se comparte una forma de hablar, vestirse, de divertirse,… etc. Los/as compañeros/as ejercen una poderosa influencia, incluyendo el consumo de alcohol en grupo, que adquiere connotaciones de rito de iniciación y constituye una trasgresión de las reglas adultas. La búsqueda de aceptación y el miedo al rechazo del grupo inducen a algunos/as jóvenes a aceptar las ofertas de estas sustancias, a pesar de que en el fondo puedan estar desaprobando su consumo.
Los estados psicológicos negativos, suscitados por las dificultades y los problemas de baja autoestima, timidez, fracaso escolar, etc., conducen a algunos/as adolescentes a combatirlos mediante sensaciones agradables inducidas por estas sustancias. Es cierto que existen factores externos (sociales) e internos (personales) que aumentan el riesgo de abuso de alcohol, especialmente durante los fines de semana. Pero, en todas las ocasiones, a pesar de la presión social y de la situación personal, cada uno elige cómo desea comportarse, en pro o en contra de su propia salud.
Los factores de riesgo no son justificaciones para abusar de las drogas. Al contrario, constituyen una información muy útil que funciona como una señal de alarma para tomar conciencia del riesgo y buscar soluciones alternativas que nos permitan disfrutar y divertirnos los fines de semana sin arriesgar nuestra salud y bienestar.
Por todo ello, es importante fomentar el desarrollo de proyectos y/o programas de sensibilización y prevención a la población general y a los/as jóvenes en particular, y programas asistenciales y sociales de atención a personas afectadas por el consumo de esta sustancia. Cada vez se considera más beneficioso, fomentar el asociacionismo, la participación juvenil y las actividades recreativas saludables (deportes, actos culturales, etc.), que actúan como factores de protección frente al consumo de drogas.
El Colegio Oficial de la Psicología de Castilla-La Mancha, en colaboración con el Ayuntamiento y la Diputación de Albacete, cuenta con el Programa de Asesoramiento Psicológico ante el consumo de alcohol y otras adicciones. Es un servicio de atención telefónica dirigido a jóvenes, padres/madres de Albacete y provincia, cuya finalidad es ofrecer una herramienta adecuada y positiva, para informar y asesorar sobre el riesgo de las adicciones, así como ayudar a reconducir conductas centradas en el consumo de alcohol y otras adicciones hacia otro tipo de alternativas más saludables que permitan disfrutar de un ocio más saludable.
