Hace unos días publicábamos la primera parte de este artículo que hemos denominado “Revisión del abordaje psicológico del tabaquismo”, y ahora continuamos con el abordaje de la intervención en casos de esa adicción.
Los programas multi-componentes tienen tres fases:
1. Preparación para dejar de fumar. El objetivo fundamental es motivar al fumador y que adquiera el compromiso de dejar de fumar. También es importante en esta fase trabajar para aumentar la concienciación y conocimiento de la propia conducta de fumar. Para ello se pueden utilizar registros (cantidad, antecedentes, consecuencias .. ); se fija la fecha en la que el fumador va a dejar de fumar; y por último se le entrena en estrategias de automanejo y autocontrol [identificación de los estímulos que originan la conducta de fumar, conductas alternativas, entrenamiento en manejo del estrés … )
2. Abandono de los cigarrillos. Se aplica cualquiera de las técnicas que haya demostrado ser eficaz.
3. Mantenimiento de la abstinencia. El objetivo es mantener la abstinencia y trabajar para su mantenimiento a largo plazo. Para ello, se entrena al paciente en estrategias de afrontamiento, manejo de deseo, identificación de síntomas de alto riesgo, e incluso, búsqueda de apoyo familiar y social.
Se cierra la revisión con la prevención de recaídas (Marlatt y Gordon). Es, básicamente, un programa de autocontrol cuyo objetivo es prevenir la ocurrencia de caídas y, que un posible “desliz”, ocurrido después de un periodo de abstinencia, se convierta en una recaída. Cuando se realiza un trabajo en prevención de recaídas, aumenta la probabilidad de abstinencia continuada.
Se pueden distinguir tres tipos de estrategias de intervención:
• Entrenamiento en destrezas (respuestas de afrontamiento en síntomas de alto riesgo, tanto cognitivas como comportamentales).
• Entrenamiento en cogniciones alternativas (creencias erróneas y pensamientos característicos de la dependencia psicológica).
• Estrategias de intervención en el estilo de vida (ejercicio físico, relajación, hábitos saludables .. )
Este procedimiento se ha introducido como una parte más, tanto en los tratamientos psicológicos como en los farmacológicos. A pesar de ello, como cualquier conducta adictiva, la recaída suele ser habitual, de ahí que controlar la misma es una parte esencial del tratamiento.
Sabemos que las recaídas se producen por tres causas principales:
– los estados emocionales negativos de la persona (40%);
– las presiones sociales encaminadas a fumar (20%) y
– la mejora de los estados emocionales negativos en situaciones interpersonales (17%).
Conocer estas causas es prioritario para hacerle frente y procurar evitarlas, aunque no podemos negar que, en la práctica es difícil.
En los próximos años será necesario prestar especial atención a este aspecto, y seguir avanzando en esta línea.
Mercedes Esparcia Moreno
Psicóloga Clínica
Col nº CM00369
Editado en: Abordaje del Tabaquismo en Castilla La Mancha: Estrategias, normativas y terapéuticas. (Observatorio de drogodepencias de Castilla La Mancha, pág.67 a 71)