El Día Mundial del Medio Ambiente se celebra cada año el 5 de junio, y su objetivo es concientizar y celebrar la acción medioambiental.
La campaña de este año se realiza en torno al tema #SinContaminaciónPorPlásticos. La misma pone de relieve la necesidad de adoptar acciones concretas para lograr un cambio transformativo y luchar contra la crisis climática.
La investigación científica respalda cada vez más la idea de que la exposición regular a entornos naturales tiene numerosos beneficios para nuestra salud mental y bienestar. Estar en contacto con la naturaleza reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y aumenta los sentimientos de calma y tranquilidad. La simple presencia de elementos naturales como árboles, plantas o agua puede tener un efecto positivo en nuestra Psicología, ayudándonos a recuperarnos del agotamiento mental y restaurando nuestra atención y enfoque.
Los seres humanos, como parte de la naturaleza, nos beneficiamos de los comportamientos responsables, respetuosos y sostenibles con el medio ambiente, y necesitamos un ecosistema en equilibrio.
Uno de los campos de la Psicología es la denominada Psicología Ambiental, que se ocupa de analizar, tanto los efectos del ambiente sobre la conducta, como aquellos otros producidos por la conducta sobre el ambiente. Con este término se quiere hacer hincapié en una concepción del ambiente tanto física como social.
la Psicología Ambiental analiza las creencias y las actitudes de las personas hacia las cuestiones ambientales, -la preocupación ambiental- y su relación con la naturaleza, encontrando distintas tipologías: desde personas que expresan un cierto grado de apatía; hasta aquéllas que manifiestan una unión trascendental con el mundo natural (afinidad emocional); pasando por posiciones menos extremas como valorar la naturaleza por su contribución a la calidad de vida humana (antropocentrismo) o considerar su valor intrínseco y contemplar al ser humano como una parte de la naturaleza (conectividad). Tanto la afinidad emocional con la naturaleza como la conectividad, que tienen en común la interdependencia en un plano de igualdad en la relación ser humano-naturaleza, se han asociado con una mayor frecuencia percibida a la hora de realizar conductas proambientales.
Por ello, los y las profesionales de la Psicología debemos insistir en la necesidad de fomentar actitudes y creencias de interdependencia con el mundo natural, promoviendo la empatía y la ejecución de conductas proambientales a la medida de las personas; acortando la distancia entre nuestras acciones y las consecuencias que generan en el medio ambiente para reforzar la conciencia de lo que está pasando en nuestro planeta, en nuestra casa.
Una conciencia individual que dé paso a la participación y el compromiso de los ciudadanos en el abordaje de problemas ambientales globales como el cambio climático.