“Un mundo de oportunidades tras la sombra del anonimato”.
En las últimas décadas hemos asistido al impresionante desarrollo de la informática y de los medios de comunicación, mediante el imparable desarrollo de ordenadores, tablets, televisores y teléfonos móviles inteligentes, la tecnología smartphone junto a la tarifa plana en el precio de los servicios de telefonía, han permitido la democratización del uso del teléfono móvil y del acceso a internet, lo que ha propiciado el desarrollo de las redes sociales, superando así numerosas barreras en el espacio y en el tiempo.
Este imparable desarrollo nos permite interactuar con personas de cualquier parte del mundo en tiempo real, mediante correo, chat o vídeo llamadas, de manera individual o grupal, pudiendo mantener un contacto permanente, lo que nos permite realizar la transmisión de una enorme cantidad de información online tanto en vivo, como en diferido, cambiando nuestra manera de comunicarnos, de aprender, de transmitir nuestras emociones, nuestras necesidades y nuestros deseos, cambiando así nuestra forma de vida.
Esto supone, sin duda, el nacimiento de nuevo paradigma social, principalmente para los jóvenes, circunstancia que podemos disfrutar, aprovechando todas las oportunidades que nos brinda.
Actualmente, podemos disponer de una conexión total ininterrumpida que nos puede unir a cualquier persona o grupo de personas de cualquier parte del mundo. Las posibilidades que nos ofrece esta interconexión global son infinitas. Este fenómeno social es vivido por nuestras jóvenes generaciones como algo natural, no como una moda, sino como un nuevo modo de vida, como un entorno donde se pueden desarrollar aspectos muy positivos como la capacidad de tomar conciencia de sí mismos, de expresarse, de encontrar su propia identidad, de crear una comunidad o de encontrar el apoyo emocional de otras personas.
Aunque por otro lado, tenemos que atender todos esos los problemas psicológicos, neuropsicológicos y sociales que se pueden producir por la ausencia de límites y por los abusos que frecuentemente se producen en este entorno, problemas como una peor calidad del sueño, tanto por el cambio de horarios, como por la posible afectación de las luces LED en relación con los procesos nocturnos y con la liberación de la hormona del sueño, la melatonina, también se pueden producir sentimientos de auto percepción negativa de uno mismo y de la imagen corporal, baja autoestima o búsqueda del perfeccionismo, que pueden generar un nivel alto de ansiedad o de depresión, pudiendo llegar en algún caso hasta la ideación autolítica o el suicidio.
También se están utilizando las redes sociales para, dentro del anonimato, criticar de manera deshumanizada las diferencias individuales que existen entre nosotros, intentando desacreditar y menospreciar a los demás, y para controlar quien está conectado, cuando, con quién se relaciona… atentando en ocasiones a nuestra propia privacidad. En este punto debemos tener especial cuidado en primer lugar en hacer un buen uso de todas las oportunidades que las redes sociales nos brindan de relacionarnos con los demás de una manera adecuada, y en segundo lugar, debemos protegernos de los posibles ataques que podemos sufrir hacia nuestra persona, nuestros gustos o nuestros deseos, que pueden afectar a nuestra autoestima y a nuestro bien estar emocional, pudiendo producir síntomas depresivos, estrés y baja autoestima, por eso es bueno no entrar en el juego de realizar críticas y quejas sobre los demás, para evitar hacer daño a otras personas.
Hoy se habla mucho de bullying y ciberbullying, el acoso en esta sociedad de la alta tecnología está a la orden del día, y como sociedad todavía estamos a un nivel muy bajo en cuanto a la humanización de los medios, en parte por la escasa supervisión que ejercen los mayores y también por el desconocimiento y la despreocupación sobre este problema hasta que no nos afecta personalmente en nuestro entorno.
En cuanto a la relación de pareja, las redes sociales han abierto una vía de comunicación muy interesante, que permite a muchas personas conocerse de manera privada, incluso anónima, para después poder tener un encuentro en persona, facilitando así la fase inicial de la relación. Existen muchas personas que hacen uso de páginas web que ayudan a conocerse a distintas personas analizando la compatibilidad de sus perfiles.
Hemos visto como el uso de las redes sociales puede afectarnos en diferentes niveles: personal, familiar, en las relaciones sociales o en la pareja, también en el trabajo, en las relaciones con los compañeros. Además, las empresas también participan en las redes sociales en la búsqueda de seguidores y clientes para el marketing online, incluso buscan información sobre los candidatos a la hora de realizar la selección de personal.
Como conclusión, me gustaría que quedase clara la idea de que los avances tecnológicos nos permiten relacionarnos más y mejor, que la relación presencial siempre será importante, y que el buen uso de las tecnologías es una asignatura pendiente que tenemos que resolver como sociedad del siglo XXI, que está en nuestras manos mejorarlo para conseguir un futuro mejor.
Posiblemente en el futuro necesitaremos una regulación, una normativa que permita el desarrollo de la libertad de expresión dentro los límites del respeto a los demás y del sentido común. Mientras tanto, es aconsejable tener precaución en el uso de las redes sociales para evitar los problemas derivados de este uso y de los posibles abusos, a menudo dentro de un mundo virtual oculto tras la sombra del anonimato, y recordar que siempre podemos contar con el apoyo psicológico profesional para poder superar gran parte de estos problemas.
Víctor Manuel Aragón Navarro.
Psicólogo Col. Nº CM02316
Miembro de la Junta de Gobierno del COPCLM.