El 2 de mayo se celebra el día internacional contra el acoso escolar, y en este día queremos hacer un llamamiento por una cultura de no violencia y de buen trato en la comunidad educativa.
La escuela y la familia son, sin duda alguna, instituciones socializadoras. En ambas se brinda a niños y niñas la oportunidad de aprender comportamientos que les permitirán participar activamente en la sociedad. Sin embargo, en éstas también se reproducen todos los males que aquejan a nuestra sociedad, por lo que no sorprende identificar escuelas, que aún teniendo medios y protocolos de acoso, no los activan, ya sea porque no se les da la importancia que se debe (“son cosas de niños/niñas”) o porque no se detecta este problema. Estos comentarios todavía están presentes en nuestras escuelas, por parte docentes y en las familias. No queremos ver o le restamos importancia a los hechos.
Las manifestaciones de los/as niños/as víctimas de acoso escolar, en la mayoría de las ocasiones son difusas, se sienten amenazados, tienen miedo a lo que les dicen los acosadores/as y esto hace que sus manifestaciones no sean claras y den lugar a confusiones. Estas manifestaciones suelen somatizarse y se manifiestan a través de dolores de cabeza, dolores de barriga, alteración del sueño, a través de terrores nocturnos o miedos a dormir solo/a, pensando en un retroceso del desarrollo, difícil de explicar en muchos casos.
Normalmente estos niños/niñas víctimas de acoso están más tristes y vulnerables, faltan a menudo a clase, pueden presentar marcas o rasguños, a menudo les desaparecen sus cosas y se detecta un cambio de actitud y de conducta (se vuelven más introvertidos y retraídos). Estos son los síntomas o conductas en las que podemos observar el acoso e intervenir en este gran problemas, que dejará, en muchos casos unas secuelas difíciles de olvidar para el resto de la vida de la víctima.
Cuando el niño o la niña manifiesta este malestar y nombra a sus acosadores, llevan ya mucho tiempo, incluso años en algunos casos, sufriendo el acoso. En estos casos está normalizado e incluso es aceptado en la comunidad educativa y la familia, por lo que el niño o la niña siente una indefensión tan fuerte que puede llegar al suicidio, por este sentimiento de presión y al tener una percepción de estar sin apoyos.
¿Dónde se suelen producir estas acciones dentro del colegio o instituto? Este tipo de situaciones se puede dar en el propio centro escolar: en recreos, cambios de clase, aula, pasillos, baños, y fuera del mismo: en la entrada, de camino a casa, en la ruta.
La comunidad educativa y las familias están cada vez más sensibilizadas e informadas acerca del acoso, pero falta todavía mucho por hacer. Debemos seguir prestando atención a los comentarios y señales que los niños y niñas nos envían para poder percibirlo a tiempo y actuar de la forma adecuada, dejando a los profesionales ayudarnos en este trabajo, ya que las repercusiones pueden ser muy nocivas para la salud mental de niños/niñas y adolescentes.
A continuación facilito algunos recursos que nos pueden ser de ayuda para la prevención:
- Enlace de guías editadas por el Colegio Oficial de la Psicología de Castilla-La Mancha sobre el acoso escolar y el ciber acoso. En este enlace podrán encontrar guías para Profesores, Padres/ Madres y Alumnados para hacer más fácil la comprensión de este tema y sobre todo para poder trabajar desde la prevención.
- El vídeo de El sándwich de Mariana, nos sirve como ejemplo visual de una forma de acoso dentro del entorno escolar, con raíces profundas fuera de éste.
Estos ejemplos visuales y didácticos nos deben hacer reflexionar de el porqué de una cultura de no violencia, como al inicio de este artículo refería.
Mª Reyes Massó Castillo.
Vocal de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de la Psicología de Castilla-La Mancha.
Tutora de la UNED en Albacete de MPGS, Psicología Evolutiva y Alteraciones del desarrollo.
Coleg. Nº CM01600
