Duelo y salud mental perinatal. Cuando hablamos de muerte, comprendemos el significado más profundo de la palabra asociada al sufrimiento y al dolor de quienes lo viven. Hablar de muerte perinatal no siempre se entiende de la misma manera y muchas veces se minimiza y se invisibiliza su duelo. Si la muerte ocurre durante el embarazo, esto sucede con mayor probabilidad y mayor aún cuanto más temprana sea ésta.
La mortalidad perinatal se refiere en nuestro país a las muertes que se producen entre la semana 28 de gestación y los primeros siete días de vida, desde la semana 22 hasta la 28 se considera muerte gestacional y durante los 28 días posteriores al parto, muerte neonatal. Las estadísticas no recogen datos previos a la semana 22, ¿esto quiere decir que no se manifieste el duelo en las semanas previas? No hay una relación directa entre la semana de gestación y el proceso de duelo y hay muchas otras variables a tener en cuenta que no se consideran de interés y que varían de unas mujeres a otras y de unas familias a otras. Cada duelo es único y personal y querer categorizarlo y autorizarlo en base al tiempo transcurrido o al peso estimado es un problema para muchas familias y para la sociedad. A nivel general, tendemos a ocultar los embarazos durante el primer trimestre, ya que un elevado porcentaje de ellos acaba en aborto espontáneo y puede parecer que el no compartirlo conlleva un menor sufrimiento. Esto también puede suponer una mayor dificultad para transitar el duelo ya que, para muchas mujeres y familias, esto significa la muerte de un/a hijo/a. La dificultad para procesar estos duelos ocultos y no autorizados pueden dar lugar a duelos complicados y no resueltos que se silencian y se minimizan en base a la idea de que no se trata de una muerte real. ¿Acaso preguntamos a las mujeres cuál es el significado para ellas? ¿Preguntamos a las familias qué necesitan y cómo se sienten? En la mayoría de las ocasiones, no. Tanto a nivel personal como profesional, a estas familias les toca escuchar frases que invalidan sus emociones y que impiden un proceso sano de duelo. No hay respeto, no hay escucha, no hay empatía en muchos de estos casos y desde la psicología perinatal reclamamos la necesidad de visibilizar estos duelos dando espacio para ser transitados como cada familia desee y necesite.
La psicología perinatal se convierte en un recurso fundamental para muchas mujeres y familias que encuentran dificultades en los procesos de duelo y para todas aquellas que necesitan sentirse acompañadas durante estos procesos. A través de terapias individuales como la terapia interpersonal y de terapias grupales en las que es posible compartir con otras familias cada experiencia y vivencia en un espacio respetuoso y protegido, se acompaña a cada mujer y a cada familia en su propio proceso.
Uno de los objetivos principales de la psicología en los casos de mortalidad perinatal es facilitar el duelo a las familias validando cada proceso, cada emoción y permitiendo la despedida. Despedidas que no siempre se producen y que dificultan en muchas ocasiones los procesos de duelo. Despedidas que no son fáciles de transitar cuando no ha sido posible ese primer encuentro o cuando se ha evitado el contacto con el bebé. Es importante que cada familia decida cómo gestionar ese momento siendo positivo el comunicar la posibilidad de despedirse de su bebé fallecido cuando sea posible. Más adelante, podremos proponer otros recursos como las cajas de recuerdos y las cartas de despedida, tanto en casos de muerte gestacional como neonatal. El acompañamiento en otros procesos asociados como pueden ser casos de lactancia tras muerte perinatal en los que las mujeres deciden donar su leche o la reubicación del/la bebé fallecido/a y su recuerdo en fechas señaladas, son otras de las cuestiones relacionadas con los casos de muerte perinatal que pueden ser atendidas por profesionales de la psicología perinatal.
Desde la psicología perinatal consideramos necesaria una mayor concienciación sobre el duelo perinatal visibilizando también las pérdidas tempranas y los procesos asociados a las mismas para una mejor salud mental materna y perinatal.
Permitamos a las familias vivir sus duelos y recordar a sus bebés porque para muchas de ellas ese/a bebé no nacido o muerto/a en el parto o en el posparto, es y seguirá siendo siempre su hijo/a.
Cristina Pozo Bardera.
Psicóloga sanitaria colegiada en el COPCLM
CM01904