Cuando al profesional de la psicología, se le presenta la ocasión para intervenir en el ámbito de las organizaciones, uno de sus objetivos es concienciar a los empleadores de la importancia que tiene el capital humano de la empresa, apostando por el equilibrio emocional y la salud psicológica de sus trabajadores y trabajadoras con la finalidad de conseguir el progreso y la competitividad que desean.Hasta en momentos de crisis, el salario económico no lo es todo. Hay medidas que satisfacen al trabajador y a la trabajadora, sin que esté relacionado directamente con el dinero.
El salario emocional es el que compromete y motiva a la persona a implicarse en el proyecto, a crecer, a desarrollarse y a permanecer en la empresa.
A continuación se detallan una serie de medidas que ponen en valor el salario emocional, y hacen posible que la vida laboral y personal de los trabajadores y trabajadoras sea más enriquecedora.
1. Las personas que trabajan para nosotros tienen “otras vidas” además de la laboral.
¿Las conocemos? Te lanzo una pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que te hablaste con tu empleado sobre algo no laboral?
El no tratar a los empleados y empleadas como personas completas, en todos sus ámbitos, tanto a nivel personal y profesional, produce una importante reducción en la producción que ellos son capaces de generar.
Si se les trata como máquinas, las personas trabajadoras tenderán a rendir al mínimo y se dedicarán sólo a sobrevivir, dentro y fuera de la empresa.
2. Atracción y retención del talento.
En un mercado laboral, en el que resulta a veces, complicado encontrar buenos profesionales día a día, toma una importancia crucial recurrir a las mejores estrategias para mantener al empleado o empleada a gusto en la empresa. Para conseguir este objetivo, la única receta eficaz es proporcionar un entorno exigente, eficaz y positivo para el trabajo.
Y ahora te preguntarás: “Sí, eso queda muy bonito así dicho, pero… hay que verse luego en la realidad”. ¿Qué es un entorno positivo? Hablamos de un entorno donde haya unas normas claras y prefijadas de antemano, en el cual, el/la profesional conoce perfectamente qué se espera de él/ella. En ese entorno somos capaces, como director o directora del equipo, de comunicar adecuadamente los logros y los detalles a mejorar. Esto es lo que supone crear un entorno exigente, eficaz y positivo.
3. Sentimiento de utilidad y progreso.
Un factor relevante para el empleado y la empleada al momento de apreciar su trabajo es decir, que su labor sirve para algo. Se debe sentir integrado e integrada en el proyecto de la empresa. Debe conocer los objetivos fijados.
4. Aumenta la productividad.
Humanizar la empresa u organización y dar más importancia a las relaciones humanas y a la calidad de la dirección, sin duda puede ser bueno para la productividad y la competitividad, por el aumento de la actitud proactiva hacia el trabajo y a una identificación positiva con la empresa.
5. Entregar prestigio.
Tiene mucha importancia para los empleados y empleadas la imagen de marca de prestigio de la empresa. Por ello, debemos cuidar los detalles, que tengan la posibilidad de sentirse participes del producto que están creando.
Muchas de estas medidas no implican sobrecostes importantes para las empresas, sino más bien un compromiso y voluntad de cambio. Apostar por la conciliación familiar y laboral, por mayor formación ó por una organización más flexible, pueden ser medidas que repercutan positivamente en la productividad y en los resultados de cualquier organización, y sobre todo y más importante, inciden de forma muy positiva en el bienestar y la salud psicológica de las personas, así como en las relaciones de éstas con los grupos de apoyo sociales y afectivos a lo largo de su vida.
Eva Mª Yangüela González Moreno
Psicóloga. Colegiada CM 01205
Julio Cesar Labrador Moreno.
Psicólogo. Colegiado CM 01569
