El pasado 19 de junio, la Agencia Estatal de Meteorología publicaba la imagen con barras de colores que el Colegio Oficial de la Psicología de Castilla-La Mancha ha utilizado como fondo para iniciar una campaña en su página web, destinada a concienciar a la ciudadanía sobre el cambio climático.
Cada línea representa la temperatura media de un año entre 1901 y 2018 en España.
Las líneas azules son los años en los que la temperatura media fue menor que la media del periodo 1901-2018. Las rojas, en los que la temperatura media de ese año fue mayor. Cuanto más intenso es el color, mayor variación respecto a la temperatura media. Los colores más intensos indican una variación de 1,2 grados respecto a la temperatura media.
La imagen ha sido creada con la web Show your stripes (Muestra tus barras), un proyecto del científico Ed Hawkins, profesor de Ciencias Climáticas en la Universidad de Reading (Reino Unido). En esta página se puede consultar la evolución de la temperatura media en cualquier parte del mundo desde finales del siglo XIX o principios del XX. El rojo, que representa el aumento de temperaturas, predomina en los últimos años de cada imagen.
El Colegio Oficial de la Psicología de Castilla-La Mancha considera la Psicología como un factor determinante en la lucha contra el cambio climático.
El cambio climático demuestra la necesidad de cambiar la conciencia de la ciudadanía para mejorar conductas y acciones encaminadas a mejorar nuestro medio ambiente, comenzando por incidir en los aspectos psicológicos determinantes en los individuos que, al fin y al cabo, somos quiénes producimos esos cambios en el clima del planeta tierra.
Problemas actuales a los que se enfrenta la sociedad hoy en día, como la crisis económica mundial o el calentamiento global, están impulsando nuevas estrategias de actuación y reconsiderando el importante papel que puede jugar la Psicología como motor de cambio en estos procesos.
La “resistencia” psicológica” que ha echado a raíces en gran parte de la población y que obedece a causas complejas, muy relacionadas con nuestra propia condición de “humanos”, es la que hace que nuestros cerebros están programados para responder a amenazas concretas, visibles y urgentes. Somos capaces de vislumbrar el futuro, pero no reaccionamos hasta que tenemos el peligro delante. Por eso, una amenaza abstracta, invisible y hasta cierto punto lejana, como el cambio climático, no provoca una acción colectiva.
A juicio del COPCLM, las aportaciones de la Psicología al área del medio ambiente son múltiples y han permitido la identificación de aspectos psicológicos que juegan un papel fundamental.