El pasado martes, 11 de enero, se celebró una nueva reunión del Foro Sanitario de Albacete, con el objetivo de poder seguir trabajando las directrices comunes marcadas por dicho grupo de colegios profesionales del ámbito sanitario.
En este caso, asistieron representantes de nuestro propio colegio, junto con representantes de los colegios de nutricionistas, optometristas, farmacéuticos, médicos, odontólogos, podólogos, enfermería y fisioterapeutas.
El grueso de la reunión se centró en la concreción de algunos detalles sobre la jornada que se va a llevar a cabo sobre intrusismo profesional el próximo 22 de febrero.
Dicho encuentro tiene por título “Intrusismo: detección y soluciones” y surge desde la necesidad de luchar contra éste, abordando conceptos básicos sobre intrusismo, los aspectos legales y profesionales que deben visibilizarse para detectar situaciones y como denunciarlas para proteger a la población. A su vez, pretende analizar el papel que juegan los colegios profesionales en la lucha contra el intrusismo. Y sobre todo como actúa la ciudadanía ante estos casos.
Cada profesión posee unas competencias propias delimitadas por la ley, por eso, con el desarrollo de este encuentro, consideramos imprescindible unificar criterios entre profesiones afines.
Otro de los pilares imprescindibles de esta jornada, se centra en concienciar a la población de los peligros potenciales de acudir a profesionales no cualificados para determinados trabajos y analizar la importancia que tienen los medios de comunicación, quienes pueden dejarse llevar por publicidad engañosa, que dificulta aún más la situación.
A su vez, tratamos de resaltar la importancia de asesorarse ante cualquier duda por un posible caso de intrusismo, de contactar con el colegio profesional, quien le asesorará sobre esa circunstancia y le dará acceso a través de la ventanilla única al censo de sus colegiados.
Es necesario poner sobre la mesa que una de las vías para ofrecer seguridad a la ciudadanía es la colegiación profesional ya que los profesionales adscritos deben cumplir con una normativa ética y deontológica, a la vez que se asegura la buena praxis profesional con una formación permanente por medio del desarrollo profesional continuo.